El sábado 21 de julio las nubes amenazaban lluvia, pero todo quedo en un cielo encapotado, que permitió un descenso de la temperatura y pasear tranquilamente por el recinto disfrutando de las instalaciones. Y qué decir que para nuestra sorpresa encontramos el recinto impoluto, sin rastro de ningún vaso, colillas o restos. Como si el día anterior no se hubiera celebrado ningún festival.
Además del parking para vehículos, también había una carpa con verja y personal de vigilancia, donde dejar las motos, no hablo de vespinos, hablo de Harleys Davidson; estar dentro era como abrir el baúl del tesoro y encontrar un montón de joyas.
Para los más intrépidos y, con estómagos resistentes, en el centro del recinto se encontraba la atracción al estilo molino, que impresionaba sólo con verla girar. Y como en todos los festivales, imprescindible el mercadillo donde encontrar desde chupas de cuero hasta parches de varios grupos, y por supuesto, zona de alimentación muy variada: perritos, hamburguesas, comida china, pizza, etc... A precios razonables.
Los primeros que nos propusimos ver en esta jornada fueron los valencianos NOCTEM en el escenario principal, donde a las 18:30 puntuales comenzaron su descarga de metal extremo teniendo muchísima suerte de encontrar así el cielo que les acompañaba de lujo, por estilo y por su indumentaria inconfundible. Comenzaron con “Popol vuh” e “Invictus”, con un inicio bastante desastroso en cuanto sonido se refiere, que tenía la esperanza se solucionara, pero no fue así por desgracia. Fue el único concierto al que le pude encontrar una deficiencia de sonido considerable, siendo todo una bola de ruido en la que las guitarras se confundían y los solos desaparecían entre el doble bombo y un bajo atronador. Pero bueno, en sí la banda lo dio todo, muy activos en el escenario, animando a toda esa gente que, imagino que por la proximidad del origen de la banda, habían un montón de fans con camisetas de NOCTEM, y cuando digo muchas, son ¡muchas!. Poco a poco fueron cayendo los temas “The arrival of the false gods”, la brutalísima “Divinity”, que con lo comentado del sonido no consiguieron brillar del todo esos riffs y punteos de guitarra que tanto enganchan, “A borning winged snake”, “Divine Immundice” y dos temas más a toda leche para no perder tiempo, “Religious Plagues” y “Q'uma'rqaa'j” incluida en su último disco “Oblivion”. Un conciertazo por parte de los músicos que al menos desde mi situación no les hizo justicia el sonido.
Y sin movernos de ese escenario, nos bebimos la breve espera para el inicio de ARCHITECTS, jovencísima banda de metalcore que últimamente está despuntando en el panorama internacional. La curiosidad por verles me pudo y desde el inicio me agradaron mucho, con una propuesta musical distinta a lo que podríamos ver durante todo el festival y unos músicos muy jóvenes con muchísima energía que mantuvieron absolutamente a todo el centro del público que tenían en frente haciendo pogos y wall of death, de los cuales ya perdí la cuenta porque eran uno tras otro. Un estilo que invitaba a ello y una temperatura agradable hicieron el resto… muy bien estos jóvenes ingleses que gozaron de un sonido de diez.
Por supuesto, servidor no se movería de allí aún, porque la siguiente banda en subir al escenario sería IN FLAMES, que desde que los vi en Wacken, no llegaba la hora de repetir. Deslucidos un poco por tocar todavía con la luz del sol, salieron al escenario a comerse el mundo con un clásico como es “Cloud Connected” y seguir sin descanso con “Trigger”. Nos dieron un breve descanso para nuestras cervicales con una de mis canciones favoritas de la banda, “Alias”, y retomar un poco de caña con “Delight and Angers”. Por fin llegó el momento de escuchar en directo una de sus últimas canciones con la genial “Fear is the Weackness”, incluida en el recién salido “Sounds Of A Playground Fading”, un disco que me ha resultado mucho mejor que sus dos últimos trabajos, y del cual sólo pudimos escuchar un tema más casi al final con “Deliver Us”. Entre medias sonaron “Only for the Weak”, “The mirrors truth” y “Dead ship”. Y sin desmerecer a “The quiet place”, terminaron con la madre de todas sus canciones, la impresionante “Take this life”. Un final de concierto cojonudo al que le faltó ser completamente de noche y con más pirotecnia, que a esta banda le sienta de lujo.
Después de un breve paseo por el recinto, la belleza poética y vikinga que emanaba del escenario Costa de Fuego, reclamaba de nuevo nuestra presencia con los finlandeses NIGHTWISH, que abrían su concierto entre aplausos y un público completamente entregado entorno las 22.00h sonando “Storytime”. La increíble voz de Anette Olzon, con un sencillo vestido negro, dio paso a un clásico de la banda “Wish I had an angel”. “Amaranth” fue el siguiente tema, terminando así con el primer bloque de la noche sin descanso alguno. Para esta gira, han contado con la inestimable colaboración a la gaita irlandesa de Troy Donockley, lo cual es muy de agradecer evitando que ese sonido tan especial tenga que sonar pregrabado, ¡siempre es preferible escuchar las cosas completamente en directo! Para las siguientes tres canciones estuvo presente en el escenario al lado de la batería, cómodamente sentado deleitándonos con su sonido. Las impresionantes tuberías que rodeaba el órgano del líder y teclista Tuomas Holopainen, daban paso a una escenografía al más puro estilo noruego, donde el bajista y vocalista Marco Hietala interpretaba uno a uno los temas de la banda, comenzando su despliegue con la reciente “I want my tears back”, “Come cover me” y el siguiente tema elegido “Last of the wilds”, llegando así a la mitad del concierto.
Hasta ahora, habían contado con cañones de humo y varios efectos pirotécnicos. Fue sonar “Planet Hell” y entonces se desataba el fuego sobre el escenario al ritmo de los primeros acordes. Por un momento los chicos de Nightwish nos llevaron a las entrañas del Infierno. “Nemo” sonó entre luces multicolor y con un órgano que se ponía a arder en los momentos más elevados del tema.
Llegábamos casi al final de un hermoso concierto, suena de nuevo la gaita de Troy anunciando la llegada de la fantástica versión de Gary Moore, “Over the Hills and far away" para despedirse definitivamente entre fuego, explosiones y potentes luces con “Last ride of the day”, perteneciente a su última obra, la BSO de su propia película “Imaginaerum”. El mejor concierto de los que hemos podido ver de Nightwish hasta la fecha con diferencia, mucho más impresionantes y compactos que nunca, donde en 60 minutos de concierto segurísimo ganaron nuevos adeptos.
Antes del cabeza de cartel, teníamos más ganas de féminas, así que corrimos hasta el escenario más curioso del recinto, el Red Bull Tour Bus, donde los jovencísimos ANKOR, llegados desde Tarragona, subían al Bus Metalero para dejarnos atónitos. Un concierto breve, de unos escasos 30 minutos, que fueron suficientes para demostrar que las bandas nacionales vienen pegando muy fuerte. Abrieron el concierto sobre el Bus con “Starting Over” y poco a poco empezaban a llegar curiosos desde todas partes del recinto. Sin perder el hilo de la noche seguía sonando el metal melódico con el tema “Pride”. La voz de su vocalista Rosa recorría los temas de Ankor sin darnos un respiro, surgió la magia del metal y el feeling de los integrantes de la banda se fusionó con el público. Entre las luces azules de un bus más que curioso, llegó el momento de “Reborn” y de su gran éxito “Completely Frozen”. Ankor nos puso a saltar a todos con la cover del tema “Chop Suey” de los estadounidenses System of a Down, con el que daban paso al último tema que sonaría en el Bus y el más conocido de la banda, “Remaining”. Podría aventurarme a decir que sin duda estos chicos tienen mucho que ofrecer y pronto veremos el nombre de Ankor dando la vuelta de festival en festival, el grupo nacional revelación del Costa de Fuego para nosotros, ya tiene nombre: Ankor.
Mientras, en el escenario Black Bikini comenzaba su actuación KATATONIA, una de las principales bandas por la cual me recorrí tantos kilómetros. Empezaron con la genial “Forsaker”, de su también genial a la vez que extraño disco “Night is the new day”, un comienzo ideal, sin mucha caña para ir progresivamente subiendo de tono y acabar tocando la mayoría de sus canciones más actuales pero agresivas. Después de un parón, algo amplio por problemas con el ordenador, siguieron con otro tema de ese disco, “Liberation”, agradando a propios y extraños, llegando a un pequeño con clímax con “My twin”, una canción que me puso los pelos de punta con sus cambios de ritmo. Y volvemos al “Night is the new day” para escuchar “The longest year” y “Nephilim”, canciones más pausadas y psicodélicas que las anteriores para relajar un poquitín, pero solo un poco, el ambiente. Podría decirse que parecía más una presentación de ese disco que de su última creación de este mismo año, lo cual, ni bueno, ni malo, ambos geniales trabajos.
Con “Soil’s song” empezaron a levantar el vuelo de nuevo hacia caminos más potentes, sirviendo de aperitivo para que en el ecuador de su actuación sonara “Teargas” y “oferta”, canciones bastante queridas por sus fans más allegados, una vista atrás a su trayectoria que siempre es de agradecer con un estilo claramente menos “sampleado” que su última etapa, con un Jonas Renkse al que no le temblaba ni un ápice su registro vocal, sobresaliente para la banda en general desde luego. Con “Evidence”, “Ghost of the sun” y la tremendísima “July” dejaron el listón altísimo, gran descarga de agresividad y pasión a partes iguales en un conciertazo que fue de menos a más con estas “últimas” canciones, ya que el final lo clavaron con “Leaders” para dejarnos a todos botando y moviendo la cabeza pidiendo más y más. Como digo, conciertazo de los suecos al que no le faltó absolutamente de nada, solamente el doble de tiempo para rescatar más temas antiguos.
Un directo más o menos cortito que me permitió pasarme brevemente por el escenario Costa de Fuego para ver el esperado y extrovertido MARILYN MANSON, donde se encontraba Ana bien atenta. Tras una dulce intro, apareció frente al público, después de la caída del telón negro que escondía una siniestra escenografía, abriendo con el tema “Hey, cruel world”. Luces y humo cubrían el escenario, un mundo cruel sin duda.
Manson nos iba adentrando cada vez más en su oscuro mundo con “Disposable Teens” y “Love song”, uno de los temas de su primer bloque donde roció a los presentes con una especie de soldador luminoso que emitía humo, mientras el público coreaba sus temas y se veía a un Manson que se encontraba más a la altura de lo que había visto en videos de conciertos anteriores. “No reflection” y “Mobscene” dieron paso a “Dope Show”, donde sonó con la máxima elegancia que un personaje como Marilyn puede ofrecer, traje de corbata marcando su estilo clásico y una lluvia de oro le cubría las espaldas de la banda. Después de “Slo-mo-tion” es el turno de dos grandes éxitos de la banda,“Rock is Dead” y “Personal Jesus”, muchísimo erotismo entre el público y sensualidad por parte de varias féminas que bailaban al ritmo que marcaba Manson.
Tras “Pistol Whipped”, “Coma White” e “Irresponsible Hate Anthem”, Manson se marcaba el famoso y aclamado “Sweet Dreams” llegando al final del bloque y al principio del final del concierto. Con un cambio radical de escenografía, metieron un púlpito en el centro del escenario, negro con simbología que recordaba en forma y colores a la mostrada en la Alemania de 1940 por los nazis, pero en lugar de subir un despiadado Hitler con su discurso a sodomizar a las masas, esta vez era Manson con su peculiar vestuario, y con acrobacias incluidas quien deleitaba a su público con “Antichrist Superstar” para terminar su actuación con la atronadora “The Beautiful People”. No soy muy seguidora de Marilyn Manson, pero lo que yo vi, fue un verdadero espectáculo que cualquier fan hubiera disfrutado desde el principio hasta el final de las dos horas de concierto que nos ofreció el estadounidense Manson.
Mucha menos gente había en el Black Bikini viendo a otra de las grandes atracciones de esta primera edición del Costa de Fuego, los otros suecos del cartel, OPETH. Con un setlist escaso (entre la duración de sus temas y el corto espacio de tiempo disponible de cada banda en el festival), nos encontramos con un concierto muy animado, que sinceramente no me esperaba para mi agrado y sorpresa, con un Mikael Akerfeldt que puso varias notas de humor entre canción y canción, llegando incluso a meterse “cariñosamente” con su competidor en franja horaria. “The Devil’s Orchad” sirvió de pistoletazo de salida para seguidamente interpretar “I feel the dark”. Tras un breve respiro sonó “The lines in my hand”, “Heir Apparent” y “Demons of the fall”, para llegar a uno de los momentos más animados de la noche con “The grand conjuration”, genial en todas sus partes y terminar con la extralarga a la par que espectacular “Deliverance”, dejándonos a todos con la boca abierta. Cabe decir que la parte más densa, o lenta mejor dicho, de su actuación fue la correspondiente a los temas de su último álbum titulado “Heritage”. Unos temas muy bien elegidos para su, más bien, corta actuación, donde tuvimos mucho death, mucho metal progresivo y hasta humor!.
Poco después, a las 2.25h, y en el mismo escenario, pudimos ver a los vascos RISE TO FALL, con una energía impresionante, sobre todo por parte del cantante que animaba con frecuencia al público. Los muchachos empezaron fuerte con el tema “Ascend the Throne”, y siguieron con “The Compass” y “Reject the Mould”. A mi parecer, mostraron bastante cercanía con la gente que estaba allí viéndolos, con preguntas, bastante animados y todo eso a pesar de las horas y el cansancio acumulado por todos. Los siguientes temas en aparecer fueron “Inner Scream” y “…Kills the Reason” entre otras. Aún comenzando cinco minutos antes de lo previsto, tuvieron la mala suerte de pasarse del tiempo dándoles un corte brutal cuando dijeron “y vamos con la última!”, pero nos quedamos sin última, con lo que, por lo menos a mí (y supongo que a más de uno de los presentes que gritaba quejándose –a los pipas, no a ellos-) se nos quedó un pequeño amargor en la boca. ¡Nos faltaba una más por lo menos!Y con este concierto acabó para nosotros la segunda jornada del Costa de Fuego y con ella, la primera edición del festival. Con los pies molidos, las cervicales machacadas y un cansancio tremendo después de tantas emociones y conciertazos abandonamos el recinto, con ganas de más por supuesto. Sólo puedo decir que este es uno de los mejores, si no el mejor, festival al que he podido asistir en España, no por los grupos en sí, que no eran todo lo conocidos como se esperaba más de uno, si no por la organización, la puntualidad, la limpieza... TODO en general se merece un diez.
Así que curiosos por qué pasará el año que viene, en esta primera edición del festival pasamos un fin de semana de puro Metal. Ahora sólo queda esperar las fechas y confirmaciones para el Costa de Fuego 2013.
Texto: Ana Juan y Jesús Bellón
Fotos: Jesús Bellón
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